Desde el principio, más que en una compañía de vinos, se convierte en un viaje. Un recorrido a través del territorio, las variedades y sus gentes. Un viaje a través del vino.

Bebemos de la tradición de cada zona para crear conceptos nuevos. Vinos diferentes que sean el reflejo de las variedades de las que nacen. Atrevidos, desenfadados y actuales, vinos cargados de frescura, fruta y energía pensados para disfrutar en buena compañía.

¡Porque el vino es para compartirlo!

En esta búsqueda nos hemos ido cruzando con gente extraordinaria. Verdaderos enamorados de su tierra y de su tradición, familias de viticultores que durante décadas han trabajado sus viñas y mimado sus vinos. Auténticos locos del vino, que de una u otra manera forman parte de nuestra familia.

Este es el caso de la familia Ruíz en la Rioja Baja, que durante siete generaciones han visto crecer sus viñas en esta tierra. O los García en Nava de Roa, en pleno corazón de la Ribera. Viejos amigos como Isidoro en las Rías Baixas, o nuevos como la familia Méndez en el Ribeiro y los Moure en la Ribeira Sacra. Todos ellos verdaderos apasionados del vino, que comparten con nosotros un mismo propósito. Crear vinos auténticos y sencillos, reflejo de su esfuerzo y del paisaje donde nacen. Fáciles de entender y de disfrutar.